Es un mito que existe en este país en diferentes versiones; personaje fantástico y cruel con los que no le atienden. Algunas veces lo representan como una mujer de un solo pie, o como un campesino encantado que fuma pipa, también como un hombre peludo que cabalga sobre un puercoespín, un cazador de pelos verdes y pies volteados hacia atrás.
La palabra Caipora viene de la lengua Tupi que significa habitante del bosque.
La estudiante que ilustró este cuento tiene 11 años su seudónimo es Zombierella; con tres colaboradores que pintaron con lápices de colores y pasteles secos.
A continuación las ilustraciones con su respectivo texto, que es la idea principal del párrafo:
Todas
las mañanas los compadres Toño y Chico iban a cortar leña en el monte.
El compadre Toño cortaba las
ramas más bajas para no dañar la naturaleza, en cambio el compadre Chico quebraba
ramas sin necesidad y, algunas veces mataba a un animal para practicar la
puntería.
Un día el compadre Toño
fue solo al bosque y sintió que todo era diferente, había un viento frío y un
silencio raro. Apretó el mango del machete ya que era difícil distinguir algo
en la noche oscura.
De repente vio una aparición
un bulto oscuro, y detrás aparecían todos los animales del mundo ¡Era el
Caipora, el Padremonte!
Era enorme, verde, parecía una
planta que camina, con los brazos muy largos, hocico de zorro y orejas cortas.
El leñador recordaba las historias de este personaje: que fuma tabaco, que
persigue a los que dañan el bosque, que es castaño, pero este es verde.
Tenía los pies volteados: los
dedos atrás y los talones adelante y sus huellas se imprimían al revés en el
suelo. El leñador temblaba de miedo y el Caipora le preguntó con voz ronca ¿Tienes tabaco?
Toño con mucho miedo no podía
hablar y con un ronquido sordo el Caipora le dijo ¿Tienes tabaco? Extendiendo
su mano peluda. El leñador sacó un atado de tabaco y se lo lanzó.
Ese día regresó con la carreta
cargada de buena leña, no sabía cómo lo
había hecho, además con un sentimiento de alegría en el corazón y se puso a
cantar.
Toño quemó la madera que
estaba muy bonita para hacer carbón, la
leña no acababa de quemarse y cuando la apagó el carbón centelló un
brillo. Todos en el pueblo se quedaron
admirados del carbón y le decían que vale mucho.
El leñador contó su encuentro
con el Caipora que le dio tabaco y así
ganó una fortuna. El compadre Chico supo de la fama de Toño y muy envidioso piensa
ir al bosque a hacer lo mismo.
Un día Chico fue al monte vio
pasar a una extraña criatura de pies torcidos con un gran alboroto, le dijo al
Caipora ¿Puedes darme de aquel carbón?, tengo
mucho tabaco. El bicho se enojó de sus ojos salían chispas verdes de odio y lo
agarró.
Desde ese día apareció un
nuevo espanto: un hombre vuelto al revés
que vaga como alma en pena.
FIN
Hay ilustraciones muy bien logradas con una fuerte carga expresiva, además de una original forma de representar la figura humana en ambientaciones con atmósferas coloridas.
Fuente:
- Cuentos de Espantos y aparecidos, Coedición Latinoamericana . 2da edición.
Me encantó esta historia ilustrada,me la imagino editada en un vídeo.
ResponderEliminarBuena semana Mirian!
Uy hermosa historia y me encantaron los dibujos te mando un beso
ResponderEliminarHola: cuánta imaginación!. Unos dibujos preciosos. Seguimos en contacto
ResponderEliminarHola Mirian! Las noticias sobre el terremoto en Ecuador son demoledoras y deseo que estés bien. Un fuerte abrazo y mi solidaridad con el pueblo ecuatoriano. Hasta pronto.
ResponderEliminarUna preciosidad de ilustraciones, Mirian. Un abrazo.
ResponderEliminarUnos dibujos preciosos y un "Mito" muy curioso.
ResponderEliminarUn besico.
Historia e ilustraciones una belleza ingenua, besicos
ResponderEliminarQUE BIEN
ResponderEliminarME ENCANTO
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